Antes y después: Notre Dame reabre sus puertas tras una espectacular restauración

La catedral de Notre Dame, en París, Francia, reabrirá al público la tarde de este sábado, con un espectáculo musical, ante los ojos de dignatarios de todo el mundo.

Su reapertura ocurre al concluir una exhaustiva y minuciosa restauración de cinco años. La misma inició después del incendio que consternó al mundo el 15 de abril de 2019, el cual consumió el tejado del histórico edificio.

Esta obra constituía un objetivo personal del presidente francés, Emmanuel Macron, y llega en un momento clave.

Apenas el miércoles, la Asamblea Nacional —con el apoyo de la ultraderecha y la izquierda— tumbó al gobierno de su primer ministro, Michel Barnier, a menos de 100 días de que el mandatario lo designara en nombre de la “estabilidad” de la segunda mayor economía de la Unión Europea (UE).

El propio Macron tuvo que salir un día más tarde a descartar su renuncia, tras los pedidos surgidos desde la cámara baja. En su pronunciamiento, el gobernante anunció que “en los próximos días” elegirá al sustituto de Barnier.

Mientras la nación espera por ese anuncio, el especialista en inversiones bancarias hará de anfitrión a figuras de la talla del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, o el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier.

Un máximo de 3.000 invitados podrán acceder a la explanada situada frente a la fachada del templo, donde se celebrará el evento musical.

Aunque se prevé la asistencia de representantes de cada rincón del planeta, se desconoce si Costa Rica fue invitada a la histórica ceremonia. Sobre ese particular, Teletica.com tiene en trámite una consulta ante la oficina de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC).

Valga recordar que esta estructura, una de las más grandes catedrales de Occidente, está inscrita como patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). De ahí la movilización que se dio tras el siniestro.

Las donaciones afluyeron inmediatamente y el resultado ha sido una renovación minuciosa, que dejaron inmaculados los blancos los muros del edificio, de más de 800 años de antigüedad.

Notre Dame además recuperó la luminosidad de sus rosetones y vidrieras. Además, debajo del tejado de plomo, donde se originó el incendio, se restauró el entramado de vigas y soportes de roble macizo, cuya legendaria construcción databa de la Edad Media.

Centenares de artesanos y 250 empresas participaron en las obras, con un costo de unos $770 millones.

El órgano, con más de tres siglos de historia, fue desmontado y restaurado totalmente. Durante las últimas semanas se llevaron a cabo los ajustes para que recupere su timbre original.

Asimismo, uno de los grandes símbolos de la catedral, la aguja de 93 metros que corona el tejado, con un gallo encaramado en la punta, ya puede verse desde hace semanas. Misma situación ocurrió con las campanas.

La aguja es una de las aportaciones del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, el gran renovador de Notre Dame en el siglo XIX. Este es, también, el autor de las conocidas quimeras en forma de monstruos y animales fantásticos de la fachada; mismas que fueron limpiadas y restauradas.

Agenda cultural

La reapertura estará marcada por un show musical y una ceremonia estrictamente religiosa.

El director de orquesta venezolano, Gustavo Dudamel, y el pianista chino, Lang Lang, son algunos de los protagonistas del concierto de gala que dará inicio a eso de las 2:05 p. m. (hora costarricense) de este sábado.

También está prevista la participación de la estrella franco-beninesa Angélique Kidjo y el cantante canadiense Garou.

Para el domingo está programada la celebración de una misa a partir de las 3:30 a. m. (hora nacional) del domingo. Esta contará con la presencia de 170 obispos y los sacerdotes de las 106 parroquias parisinas.

Unas horas más tarde tendrá lugar la primera misa para el público, cuya reservación ya está agotada.

Notre Dame recibía unos 12 millones de visitantes al año poco antes del incendio. Ahora, el arzobispado de París calcula que esa cifra podría aumentar rápidamente.

La obra pública no fue solamente una tarea de restauración, pues las autoridades eclesiásticas optaron por renovar totalmente elementos clave del mobiliario.

Por ejemplo, las casi 1.500 sillas de la nave son nuevas, así como el relicario, una audaz creación en forma de disco redondo dorado y el vestuario de los oficiantes, encargado al diseñador Jean-Charles de Castelbajac.

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